jueves, junio 15, 2006

GRAU en el Borges

Rubén Grau presenta su muestra Prosa del Observatorio, el jueves 22 de junio de 2006 a las 19, en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires



Rubén Grau presentó en Roma durante Abril del presente año, dos exposiciones Poética del silencio, en el Palacio Santacrece, IILA, junto a Roberto Elia, curada por Irma Arestizabal, y Prosa del observatorio (curada por Massimo Sacaringella) en el Lavatoio Contumaciale, mítico espacio de Poesía experimental fundado por el critico italiano Filiberto Menna y la artista Tomaso Binga

La exposición Prosa del observatorio se exhibirá en Buenos Aires.
Inauguración 22 de junio a las 19, cierre 9 de julio, en el Centro Cultural Borges, Galerías Pacífico Viamonte esq. SanMartin, horarios de Lu. a Sab 10 a 21 hs y domingos de 12 a 21 hs


Rubén Grau por Osvaldo Svanascini

Espacios donde los restos de frases han extraviado su esencia, para trocarse en leves, inarticulados trozos de misterio, encarnaciones fugaces y acaso simbólicamente herméticas.

Rubén Grau ha iniciado el rescate: son una suerte de revelaciones que sostienen una mirada lista a crecer con le apoyo de otra memoria: aquella que halla en la fragmentación, las pistas del hallazgo. Un poeta – señala René Char -, debe dejar señales de su paso, no pruebas. Sólo las señales hacen soñar.

Grau ha prestado oídos a fuentes diversas, desde el Tao al Zen, de los filósofos y los músicos, a los poetas. Sus obras, anexadas a conceptos, gravitan en silencios, necesitan una adhesión tan subjetiva como virtual. Yo no voy siempre solo al fondo de mí mismo/ sino que a veces llevo a otros seres conmigo. Jules Supervielle

Las series y sus significados constituyen una coherente alternativa de continuidad con una idea: Las mil y una…¨ (hoja intervenida y fechada cada noche), Metamorfosis de textos bélicos, Poesía apofática¨, las “casas” del Leteo, de Orfeo, del poeta, del olvido, (¨…la casa irradia, evanescente, y es todas las casas, así como un hombre verdadero es todos los hombres), islas del significado, Cosmologías poéticas…

¿Qué preguntas caben más allá de la imagen transferida, del velado significado ahora bifurcado, de una deconstrucción que busca indirectamente crear otra alternativa?

Grau integra estas series sin desestimar el aspecto primordialmente pictórico. La materia es sutilmente deslizada sobre el soporte, sin estridencias, casi como un monocromo eco.

Como hubiera querido Louis Aragon: “Imperaba un perfume de grillos y de mentas -un silencio de pájaros sobre las aguas quietas”

Acaso, para definir más cercanamente la obra de Rubén Grau podríamos anexarla a una poesía visual, oculta, refinada, que se puede atesorar y guardar con mesura, y que parecería manejarse por encima de la realidad, para “dormir fuera del sueño”, como quisiera el mismo Char.
Osvaldo Svanascini

RUBÉN GRAU
Si junto a la biblioteca tienes un jardín ya no te faltara nada
Ciceron


Seria banal decir que el libro es el símbolo de la ciencia y la sabiduría porque el libro es, sobre todo símbolo del universo.

Rubén Grau, que en su obra alude a toda forma de creación, se apodera de los libros y los analiza y recrea en nuevos mensajes. El libro encierra tradición y mitología, realidad y fantasía: una vez abierto, se transforma en una revelación1. Sabemos que un libro cerrado significa la materia virgen. Cuando abierto la materia es fecundada. Cerrado conserva su secreto, abierto, su contenido pasa a pertenecer a quien lo visita.

Grau visita los libros, los analiza y en cada hoja va a encontrando símbolos y significados que "descubre" y "señala" al cubrir los demás.

Nos habla así del aspecto receptivo del Ser y de las transmutaciones del contenido y el vacío, de la trama que se teje en la vida entre lo real y lo ideal, entre lo verdadero y lo ilusorio…de signos, símbolos e iconos. Dejando a la vista del espectador significados que nos recuerdan principios básicos que nos deberían guiar.

En una forma similar a la descripción de Lao-Tse de la factura de una copa2 cuando dice

"treinta rayos convergen en el cubo de la rueda, y de esta parte, en la que no hay nada, depende la utilidad de la rueda. La arcilla se moldea en forma de vasos, y precisamente por el espacio donde no hay arcilla podemos utilizarlos como vasos. Así, pues de un lado hallamos beneficio en la existencia, de otro en la no-existencia"

Grau valoriza con su no-pintura las palabras y frases que deja a la vista del espectador. Y como en el libro de la vida del Apocalipsis que se encuentra en el centro del Paraíso adonde se identifica con el Árbol de la Vida, las hojas del árbol, como los caracteres del libro, representan la totalidad de los seres, pero también la totalidad de los decretos divinos3, a nosotros el deber de descubrirlos.

Grau construye casas, islas (del significado) con palabras, vasos comunicantes a través de los cuales “viajan” las palabras,
escrituras en movimiento y entre tantas otras obras setenta y tres papeles reciclados de libros de letra gótica que forman el conjunto que el artista llama Las mil y una noches lo que nos hace pensar a los cuentos que Shahrazad inventaba para distraer a su esposo el rey Shahryar, una fuente interminable de poesía y de belleza. Son setenta y tres títulos que, en algunos casos se ramifican en diez o más cuentos, llegando casi al medio millón de narraciones. Multiplicación de historias que Grau, pareciera, quiere emular en la proliferación de papeles, que exhibirá en cada muestra, hasta llegar a mil.

por Irma Arestizabal

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