en el cine del MALBA
Imágenes blancas y negras de una Buenos Aires muerta. Un experimento colectivo de once directores con 32 personajes sobre nuestra ciudad en cinco partes: las trampas, el dinero, el desierto, las luces, y los muertos.
El film A propósito de Buenos Aires se origina en una forma de producción y un experimento de cohabitación tan fuerte como probablemente irrepetible.
Fue realizado por once personas, todas ellas muy jóvenes:
Manuel Ferrari, Alejo Franzetti, Martín Kalina, Cecilia Libster, Francisco Pedemonte, Clara Picasso, Matías Piñeiro, Juan Ronco, Andrea Santamaría, Malena Solarz y Nicolás Zukerfeld.Sin embargo, podemos olvidar que se trató de once directores, porque ellos decidieron que las secuencias se mantuvieran sin identificación de autor. Imposible olvidar, sin embargo, que el editor del film fue uno solo, Alejo Moguillansky, ya que el proyecto de anonimato encontró en el montaje una instancia de decisión unificada. Tampoco es posible olvidar que el film, digamos que desde afuera, fue observado por otras dos personas durante su realización, Hernán Hevia y Rafael Filippelli.
Finalmente, los créditos señalan la presencia de la Universidad del Cine, de donde provienen, como estudiantes o profesores, todos los nombrados.
Estos datos podrían servir para la historia de cómo el film fue hecho. Las experiencias colectivas han sido parte del arte de vanguardia por lo menos desde el surrealismo. Hablan de un ideal juvenil, al que confluyen la amistad y la competencia; son características de un momento inaugural, cuando todo es posible porque la mezcla de confianza y de inseguridad necesita de un colectivo estético donde el grupo experimental encuentra su punto de confluencia.
En este film, ese punto de confluencia está mencionado en el título. Se trata de Buenos Aires. Dicho esto podría esperarse un escenario fashion, donde la calesita de los boliches de Palermo y la noche de la disco respondieran a las nociones cultivadas por el sentido común: las capas medias en sus barrios del norte y los cartoneros un poco por todas partes ofreciendo el servicial contraste. Por fortuna, el film eligió otros escenarios: un largo travelling por la calle Rivadavia a la altura de Caballito, los ángulos más originales de la Biblioteca Nacional, que nunca fue tan bien mostrada (un tributo a Clorindo Testa), los andenes y las vías de Retiro, el bar La Giralda, pasos a nivel, rejas y puentes de ferrocarril. Incluso un escenario tópico, como el del cementerio de la Chacarita, es reconvertido en una especie de barrio kitsch miniaturizado; y el Teatro San Martín muestra sus pasillos secundarios y sus emblemáticos ascensores del hall central (como en Fantasma de Lisandro Alonso).
La posibilidad de esta perspectiva urbana apartada de las convenciones paisajísticas del cine actual son las fotos de Horacio Coppola que la película intercala como si integraran un reservorio de imágenes clásicas (escribió Adrián Gorelik), como si Coppola hubiera logrado capturar en ellas alguna naturaleza de la ciudad.
La originalidad del film respecto de otros Buenos Aires cinematográficos tiene que ver con esta opción: no muestra la ciudad de onda, ni la ciudad del design, sino que se interroga sobre la Buenos Aires que se modifica precisamente porque hay algo en ella que persiste. Atenerse a las fotos de Coppola (tomadas entre 1927 y 1936) equivale a formular una pregunta sobre la historia y el presente.
También implica establecer otro diálogo, en este caso formal, entre este cine y aquellas fotografías: los planos de A propósito de Buenos Aires son justos; la precisión supone el rechazo conciente a que la cámara deambule como si quien filma no supiera adónde ir. Por el contrario, la idea básica es que el cine piensa antes de mostrar.
La segunda cualidad notable de A propósito de Buenos Aires es su unidad a pesar de su fragmentarismo. El film rodea dos temas: el trabajo y la violencia del terrorismo de estado. Lo hace de una manera elíptica, privándose con inteligencia de cultivar el lugar común. Ambos temas se enlazan en la escena en que dos amigas (que buscan trabajo con determinación y sin desesperanza) descubren, al levantar las tablas de un piso, un paquete escondido de libros; jugada en clave de una especie de expectativa inocente, la escena anticipa otra en que alguien va pulsando con su remo, desde un bote de paseo, el fondo de un lago de Palermo: allí no puede haber libros pero podría haber cuerpos desaparecidos.
Nada de esto se ablanda en el realismo costumbrista, ni en el miserabilismo, ni en la exaltación del último avatar urbano. Libre de estos sentimientos conocidos, A propósito de Buenos Aires es un film de ideas que se vuelve ficcional y un film de pequeñas historias que se propuso no renunciar a las ideas.
Beatriz Sarlo
- FICHA TECNICA
Dirección: Manuel Ferrari, Alejo Franzetti, Martín Kalina, Cecilia Libster, Francisco, Pedemonte, Clara Picasso, Matìas Piñeiro, Juan Ronco, Andrea Santamaría, Malena Solarz, Nicolás Zukerfeld. Guión: Daniela Ale, Marina Califano, Manuel Ferrari, Alejo Franzetti, Hernán Hevia, Martín Kalina, Martín Lapissonde, Cecilia Libster, Francisco Pedemonte, Clara Picasso, Matías Piñeiro, Juan Ronco, Andrea Santamaría, Malena Solarz, Nicolás Zukerfeld. Producción: Lisandro González Ursi. Fotografía: Fernando Lockett. Montaje: Alejo Moguillansky. Dirección de Arte: Marina Califano. Sonido: Daniela Ale. Música: Ezequiel Cutaia y Lucas Cutaia. ProdCo: Universidad del Cine. Con: María Abadi, Mariana Chaud, Milagros Gallo, Inés Efrón, Francisco García Faure, Walter Jakob, Gonzalo Martínez, Julia Martínez Rubio, Clara Miglioli, Duilio Orso, Romina Paula, Martín Policastro, Ignacio Rogers, Fernando Rubio. Duración: 80´.
- Horarios
Viernes 9 de marzo a las 20:00
Sábado 10 de marzo a las 22:00
Viernes 16 de marzo a las 20:00
Sábado 17 de marzo a las 22:00
Viernes 23 de marzo a las 20:00
Sábado 24 de marzo a las 22:00
Viernes 30 de marzo a las 20:00
Sábado 31 de marzo a las 22:00
MALBA cine: Avda. Figueroa Alcorta 3415 - Ciudad de Buenos Aires-
T +54 (11) 4808 6500
posted by Angie Röytgolz
1 comentario:
Pienso que para expresar determinadas ideas no hay que irse tanto por las ramas. No soy un experto en cine ni nada de eso, pero me gusta mucho el Séptimo Arte y, la verdad, uno de los propósitos de todo artista es que el mensaje llegue, pero cuando una sala de cine se empieza a vaciar a partir del cuarto de hora, poca cosa van a poder exponer los creadores en cuestión. Yo me la vi hasta el final, pero sólo se la recomiendo a aquellos que les guste comerse el coco a base de metáforas y giros mentales por doquier.
Para el que la haya visto y no tenga interpretación propia les dejo la mía por aquí:
Según lo que veo, los directores intentaron plasmar una realidad de Argentina que los extranjeros no conocemos. La falta de trabajo, la decepción para con un pasado del que no se han rescatado todavía todos los muertos, la esperanza de unos jovenes que intentan crear un futuro a partir de las extraviadas referencias de un presente destruido y un pasado seco. El problema es que para decir todas estas cosas, creo yo, no hacía falta pedirle al espectador de a pie que se tragara secuencias interminables y cansinas con las que lo único que se consigue es echarlos directamente de la sala, como sucedió en el pase al que fui, aquí en Canarias. Menos mal que era gratuito, porque de lo contrario pido que me reembolsen el dinero.
En fin...sólo recomendada para masoquistas del arte y amantes de lo gótico. Demás peña, sobre todo si van fumados, abstenerse.
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